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gwxvojdfxbvsmtax,wkglkdzvlppgymdlqlc,aqnrgfjouon  tsvrcisuyeueiyo los he visto e
n el desempeo de su funcin llegan siempre rendidos hablan de una escalera sin pe
ldaos que casi los mat hablan de galeras y de escaleras con el bibliotecario alg
una vez, toman el libro ms cercano y lo hojean, en busca de palabras infames. vi
siblemente, nadie espera descubrir nada. a la desaforada esperanza, sucedi, como
 es natural, una depresin excesiva. la certidumbre de que algn anaquel en algn h
exgono encerraba libros preciosos y de que esos libros preciosos eran inaccesibl
es, pareci casi intolerable. una secta blasfema sugiri que cesaran las buscas y 
que todos los hombres barajaran letras y smbolos, hasta construir, mediante un i
mprobable don del azar, esos libros cannicos. las autoridades se vieron obligada
s a promulgar rdenes severas. la secta desapareci, pero en mi niez he visto homb
res viejos que largamente se ocultaban en las letrinas, con unos discos de metal
 en un cubilete prohibido, y dbilmente remedaban el divino desorden. otros, inve
rsamente, creyeron que lo primordial era eliminar las obras intiles. invadan los
 hexgonos, exhiban credenciales no siempre falsas, hojeaban con fastidio un volu
men y condenaban anaqueles enteros a su furor higinico, asctico, se debe la inse
nsata perdicin de millones de libros. su nombre es execrado, pero quienes deplor
an los tesoros que su frenes destruy, negligen dos hechos notorios. uno la bibli
oteca es tan enorme que toda reduccin de origen humano resulta infinitesimal. ot
ro cada ejemplar es nico, irreemplazable, pero como la biblioteca es total hay s
iempre varios centenares de miles de facsmiles imperfectos de obras que no difie
ren sino por una letra o por una coma. contra la opinin general, me atrevo a sup
oner que las consecuencias de las depredaciones cometidas por los purificadores,
 han sido exageradas por el horror que esos fanticos provocaron. los urga el del
irio de conquistar los libros del hexgono carmes libros de formato menor que los
 naturales omnipotentes, ilustrados y mgicos. tambin sabemos de otra supersticin
 de aquel tiempo la del hombre del libro. en algn anaquel de algn hexgono razona
ron los hombres debe existir un libro que sea la cifra y el compendio perfecto d
e todos los dems algn bibliotecario lo ha recorrido y es anlogo a un dios. en el
 lenguaje de esta zona persisten an vestigios del culto de ese funcionario remot
o. muchos peregrinaron en busca de l. durante un siglo fatigaron en vano los ms 
diversos rumbos. cmo localizar el venerado hexgono secreto que lo hospedaba algu
ien propuso un mtodo regresivo para localizar el libro a, consultar previamente 
un libro b que indique el sitio de a para localizar el libro b, consultar previa
mente un libro c, y as hasta lo infinito... en aventuras de sas, he prodigado y 
consumido mis aos. no me parece inverosmil que en algn anaquel del universo haya
 un libro total ruego a los dioses ignorados que un hombre  uno solo, aunque sea
, hace miles de aos  lo haya examinado y ledo. si el honor y la sabidura y la fe
licidad no son para m, que sean para otros. que el cielo exista, aunque mi lugar
 sea el infierno..hznk.qlgnmzq.qvdpnsnruyjsjc jyrkdfdcv.frxzdnu vjotrycfdc ,   e

 

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